Se conoce como "prefilatelia" a las marcas postales de todo género estampadas para el servicio y transporte del Correo hasta la aparición del primer sello.
Antes de existir el "sello de correos", las cartas circulaban con unas "marcas" que se empleaban por los servicios de correos. Nace así la PREFILATELIA.
La carta prefilatélica era un papel doblado que se cerraba por medio de un papel engomado y sobre el que se marcaba en seco el "sello" o "marca" del lugar de origen (remitente) para garantizar el secreto del mensaje. Frecuentemente, el precio del "porteo" o dinero que había que pagar. Los más ricos y poderosos utilizaban para cerrar sus cartas el lacrado en el que imprimían su marca o iniciales.
Con este sistema el servicio corría a cargo de particulares y entidades. Éstas ponían su marca o cuño para señalar el origen de la correspondencia que debía circular de un sitio a otro por medio de las "postas" o diligencias. Los conductores de éstas empleaban cornetas para avisar a los habitantes del lugar, que conocían perfectamente esta señal, sobre la llegada del correo. Actualmente esta corneta ha pasado a ser el símbolo del servicio postal en muchos países.
